Programa radial "Misionando con Jesus" todos los Sábados 3:30 pm a 4:00 pm en radio EMAUS

2/12/11

ADVIENTO, TIEMPO MISIONERO


El Adviento es un tiempo fuerte dentro del Año Litúrgico de la Iglesia, y durante el cual nos preparamos para recibir al Señor en Navidad. Este tiempo litúrgico está relacionado directamente con la misión, pues durante los largos siglos que la Humanidad esperó al Mesías, los profetas fueron anunciando al pueblo de Israel la llegada del Mesías Liberador. Fue un tiempo de misión en el que el pueblo se iba preparando para este gran acontecimiento.



A través de los personajes característicos del adviento, (Isaías, Juan Bautista y María) conocemos a Jesús que llega a todos nosotros para salvarnos y como hemos de prepararnos para recibirlo. Durante estos cuatro domingos, con sus respectivas semanas, escucharemos la palabra de los profetas, especialmente de Isaías, indicando que con la venida del Mesías llegarán los tiempos nuevos de la reconciliación de los hombres. Se fundirán las espadas para hacer arados; el cordero y el lobo vivirán juntos.

Son los nuevos tiempos y las nuevas formas de vida que el cristiano está llamado a vivir. El Precursor del Señor, Juan el Bautista, aparece en el desierto preparando los caminos del Señor. El habla de la inmediata aparición del Mesías, indicando que es urgente un cambio de vida en cada hombre, para que encuentre un corazón bien dispuesto.

Todo el que acude a escucharle le pregunta: ¿Qué debo hacer?. Amigo, ¿Tu te has preguntado qué debes cambiar en tu vida personal para recibir al Señor en Navidad? La respuesta ha de ser la conversión del corazón, el cambio de vida. María ocupa un lugar muy importante en el Adviento, ya que através de ella nos llegó el Salvador. Ella fue todo un ejemplo de disponibilidad a los planes de Dios.


Sin su colaboración no hubiera sido posible la llegada de Jesús a la Humanidad. Ella pone su vida a la total disposición de Dios, para que se cumpla la voluntad divina de Salvación de la humanidad. Que se haga en mi según tu palabra. Desde la primera venida de Jesús, la Iglesia sigue en permanente estado de misión. Sus misioneros proclaman hoy la verdad de la Fe en los lugares donde es desconocido el misterio del Nacimiento de Jesús. Jesús nació para todos, y muchos aún no le conocen.
 
Hay muchos pueblos donde todavía es desconocido el nombre de Dios, quizá algunos hombres han oído hablar de Dios, pero no han tenido la oportunidad de conocerlo mejor y convertirse al cristianismo. Esas personas están a la espera de que alguien les prepare para conocer a Jesús que quiere llegar al corazón de todos los hombres. No los defraudemos, seamos precursores del Señor, como Juan Bautista, que anunciaba la presencia de Jesús en medio del pueblo.

 

Adviento tiene como finalidad el preparar el camino del Señor. El misionero prepara a la gente para que conozcan mejor a Jesús y formen parte de la Iglesia de los hijos de Dios.




El tiempo de Adviento

La Iglesia católica celebra el  inicio de  un nuevo Año Litúrgico. Como cada año, por estas fechas (fines de noviembre), comenzamos a recordar los sucesos más importantes del plan de salvación de Dios para el hombre y, claro está que el primero de ellos es el Nacimiento de Jesucristo: la hermosa fiesta de Navidad.
La redención del hombre se debe a la muerte y Resurrección de Jesús, es decir a la Pascua, pero es lógico celebrar el inicio de esa gran manifestación del amor de Dios, o sea, su venida al mundo,  "Adviento".
Navidad y Adviento no son fiestas independientes. El Adviento nació como tiempo de preparación para celebrar la fiesta de la Navidad, igual que la Cuaresma respecto a la Pascua.

La Corona de Adviento

 La corona de ADVIENTO es el primer anuncio de Navidad. La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir VENIDA. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de Adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad. Una costumbre significativa y de gran ayuda para vivir este tiempo es La corona  de Adviento, es el primer anuncio de Navidad.
La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Pero la corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. El vino para hacer todas las cosas nuevas.
Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: Mateo 5,14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte." En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el Adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo. La corona de Adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres velas son violeta, una es rosa. El primer domingo de Adviento encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hasta llegar a la Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las misas de Adviento y también es recomendable hacerlo en casa, por ejemplo antes o después de la cena. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo mas importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.
La corona de adviento encierra varios simbolismos:
La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.
Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.
Las cuatro velas: Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.
Las manzanas rojas que adornan la corona: Representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.
El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.


BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO
En algunas parroquias o colegios se hace la bendición de las Coronas de Adviento. Si no sepuede asistir a estas celebraciones, se puede hacer la bendición en familia con la siguiente oración: Señor Dios, bendice con tu poder nuestra corona de adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Todos: Amén. La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.
PROPONEMOS ESTE ESQUEMA SENCILLO PARA ORAR AL ENCENDER LA VELA DE ADVIENTO
PRIMER DOMINGO
LLAMADA A LA VIGILANCIA ENTRADA.
Se entona algún canto.
Saludo.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...
LITURGIA DE LA PALABRA.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 13,33:
“Estén preparados y vigilando, ya que nos saben cual será el momento”.
Palabra del Señor.
(Breve pausa para meditar)
Reflexión.
Guía: Vigilar significa estar atentos, salir al encuentro del Señor, que quiere entrar, este año más que el pasado, en nuestra existencia, para darle sentido total y salvarnos.
ENCENDIDO DE LA VELA.
Oración.
Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primer semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor Jesús!
PADRE NUESTRO
Guia: Unidos en una sola voz digamos: Padre Nuestro...
CONCLUSION
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvos. Amén.
SEGUNDO DOMINGO
ENTRADA.
Se entona algún canto.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición. Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...
LITURGIA DE LA PALABRA.
Lectura de la II carta de San Pedro 3,13-14: ”Nosotros esperamos según la promesa de Dios cielos nuevos y tierra nueva, un mundo en que reinará la justicia. Por eso, queridos hermanos, durante esta espera, esfuércense para que Dios los halle sin mancha ni culpa, viviendo en paz".
Palabra de Dios.
Breve pausa para meditar
Reflexión
Guía: ¿Qué va a cambiar en mí, en nosotros en este Adviento? ¿ Se notará que creemos de veras en Cristo?
ENCENDIDO DE LA VELA.
Oración.
Guía: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne... Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!
PADRE NUESTRO.
Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro...
CONCLUSION.
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén.
TERCER DOMINGO
ENTRADA.
Se entona algún canto.
Saludo. Guía: En el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...
LITURGIA DE LA PALABRA.
Lectura de la Primera carta a los Tesalonicenses 5,23: ”Que el propio Dios de la paz los santifique, llevándolos a la perfección. Guárdense enteramente, sin mancha, en todo su espíritu, su alma y su cuerpo, hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor”.
Palabra de Dios.
Breve pausa para meditar.
Reflexión.
Guía: Los hombres de hoy no verán en persona a Cristo en esta Navidad. Pero sí verán a la Iglesia, nos verán a nosotros. ¿Habrá más luz, más amor, más esperanza reflejada en nuestra vida para que puedan creer en El?
ENCENDIDO DE LA VELA.
Oración.
Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero!. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!
PADRE NUESTRO.
Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro...
CONCLUSION.
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén
CUARTO DOMINGO
Todos hacen la señal de la cruz.
Guía: "Nuestro auxilio es en el nombre del Señor"
Todos: "Que hizo el cielo y la tierra"
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura: Lectura de la Carta a los Romanos 13,13-14
"Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestios del Señor Jesucristo". Palabra de Dios
Todos: "Te alabamos Señor".
Segunda Lectura: Lectura de la Segunda Carta a los Tesalonicenses 1,6-7
"Es justo a los ojos de Dios pagar con alivio a vosotros, los afligidos, y a nosotros, cuando el Señor Jesús se revele, viniendo del cielo acompañado de sus poderosos ángeles, entre las aclamaciones de sus pueblo santo y la admiración de todos los creyentes."
"Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".
Guía: "Ven, Señor, y no tardes.
Todos: "Perdona los pecados de tu pueblo".
SE ENCIENDEN LAS CUATRO VELAS
Guía: "Bendigamos al Señor" Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen: "Demos gracias a Dios".
Humildad y gloria El Nacimiento de Jesús Guía: Lectura del Evangelio según San Lucas (2:6-7)
"Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento."
"Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".
MEDITACION
La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad salen victoriosos en la prueba. No hay rechazo, ni frío, ni oscuridad ni incomodidad que les pueda separar del amor de Cristo que nace. Ellos son los benditos de Dios que le reciben. Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre, porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe. Nos unimos a La Virgen y San José con un sincero deseo de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.
Tiempo de silencio
Tiempo de intercesión
Padre Nuestro
Ave María.
ORACIÓN FINAL
Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Todos: "Amén"

Un saludo muy especial a todos nuestros hermanos Sacerdotes, Seminaristas y Laicos que han dejado todo para ir a la misión de Adviento en las diferentes parroquias de nuestra Diócesis, en nuestro País y más allá de las fronteras. Bendiciones a todos......


Diócesis de San Vicente... en misión permanente.